En un entorno natural concreto, un ecosistema de alto valor
paisajístico, se debe resolver un centro de interpretación, observación y
control de la naturaleza. El emplazamiento elegido es el que ocupa actualmente,
junto al Racó de l’Olla, una instalación del ayuntamiento dotada de embarcadero
y torre-mirador sobre la Mata del Fang, un conjunto de islotes que
constituye uno de los principales lugares de avistamiento de aves de la
Albufera.
Dadas las características de este lugar, la pequeña construcción
aislada, lejos de cualquier entorno edificado, debe medirse y dialogar con el territorio;
éste es, pues, su contexto.
El centro acoge, en un horario controlado, un cierto número de
visitantes a los que se ofrece un programa de reconocimiento de los valores del
ecosistema y su correcta interpretación y puesta en valor.
El edificio, con aproximadamente 100 metros cuadrados
de superficie, debe contar con las siguientes dependencias:
recepción – acogida – hall 50m2
tienda 20m2
servicios 15m2
almacén 15m2
Como elemento fundamental del programa a resolver, se plantea la
necesidad de la construcción de un mirador para 10 personas, espacio
sobreelevado, parcial o totalmente cubierto, en posición dominante sobre el
paisaje (cota final entre
0,50 m y 10 m). Aunque no se establece
una directriz concreta al respecto, se entiende que este elemento forma parte
del conjunto, y no debe proyectarse como una construcción aislada.
En el entorno inmediato se debe resolver un aparcamiento al aire libre
para un autocar, cinco vehículos y 20 bicicletas. A ello hay que añadir, dada
la singularidad del emplazamiento, un pequeño embarcadero.
El proyecto debe prestar especial atención a los espacios de
transición y proponer superficies protegidas de la radiación solar, vinculadas
al programa de necesidades detallado más arriba.
Se trata, en definitiva, de proyectar un lugar público como solución
de borde entre la carretera que conduce a la pedanía de El Palmar y la orilla del
lago de la Albufera.
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